Cambio de hora: la importancia de ciclo circadiano del sueño
- El horario de invierno comienza este sábado 6 de abril de 2024, cuando los relojes se retrasan 60 minutos.
Cada año en esta época se debe retrasar el reloj y adaptarnos al horario de invierno. Y la pregunta ante ello es qué efectos causa esto en nuestro cuerpo. Sebastián Corral, académico del Departamento de Psicología de la U. de La Serena, quien es especialista en ciclo circadiano del sueño detalla que hay consecuencias y que no son iguales para todas las personas.
Los ritmos circadianos, también conocidos como el “reloj biológico”, se definen por cambios físicos, mentales y conductuales en ciclos de 24 horas, por lo que cualquier modificación de la luz percibida por los ojos puede generar alteración por situaciones de retraso o adelantamiento de horas.
“Actualmente estos ciclos no sólo dependen de nuestro reloj biológico, sino también del denominado ‘reloj social’, que fue impuesto por varios países con el objetivo de ahorrar energía eléctrica. Se estima que hoy en día el 25% de la población mundial se ve expuesta a estos cambios de hora, dos veces al año; ante esto, las recomendaciones de diversas sociedades científicas, señalan que estos cambios de hora deben eliminarse y mantener el horario de invierno de forma estable”, explica Corral, quien es experto en neuropsicología y neurociencias cognitivas.
Según el psicólogo, el cambio de hora no afecta a todos por igual, ya que se deben considerar los factores geográficos, porque el punto más importante en la regulación del sueño es la cantidad de horas de luz diaria a la que están expuestas las personas. “También influye la edad, esto se debe a que las horas de sueño varían según los años. Cuando comienza a oscurecer el cerebro produce una hormona llamada melatonina, la cual se asocia con la somnolencia, es decir, que tiene una función inductora del sueño, pero, por otro lado, al despertar con luz solar se produce un aumento de otra hormona, el cortisol. Este último ayuda a activarnos y permanecer en estado de vigilia. El desfase entre los ciclos de luz y oscuridad y la ‘hora social’ en la que nos vamos a dormir y despertamos es lo que genera efectos tanto para conciliar el sueño y despertar cansados”, asegura el Dr. Corral.
Chile en la actualidad se encuentra con el horario de verano, pero el primer sábado de abril los relojes se retrasan en una hora, para así aprovechar más la luz día que va cambiando con el avance de las estaciones del año.
Cabe destacar que los cambios de horarios requieren de un tiempo de adaptación para los seres humanos y los animales en general, sin embargo, para el experto una hora no es algo significativo y el organismo puede adaptarse fácilmente, pero sí existen efectos a largo plazo y que pasan desapercibidos para las personas. “Son principalmente consecuencias de tipo inflamatorio como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares”, explica.
Recomendaciones
Para el académico, lo importante es seguir patrones de conductas que ayuden a una buena adaptación a este cambio de ciclo: “Lo importante es adaptarse paulatinamente al cambio de hora tomando algunas simples medidas unos días antes y adelantar en 15 a 20 minutos el horario para dormir y también hacerlo en los mismos minutos al levantarnos, esto es especialmente recomendable de realizar en los niños, ya que son quienes más dificultades de adaptación presentan”.
En síntesis, durante los ciclos de sueño-vigilia nuestro organismo realiza una serie de procesos metabólicos y fisiológicos, y además procesos cognitivos ligados al aprendizaje y también la concentración. Por esta razón “es muy importante que las actividades laborales y sobre todo escolares, se inicien con luz solar, por lo tanto, lo ideal sería mantener el actual horario de invierno durante todo año”, finaliza el especialista.