Seremi de Salud valoró experiencias locales en Día Mundial sin Tabaco
En el salón del Gobierno Regional, se reunió la sociedad civil y autoridades de gobierno para conocer las iniciativas que se han desarrollado en la región para promover el no fumar.
Cada año se realizan actividades en torno al Día Mundial sin Tabaco , fecha que tiene por objetivo sensibilizar al público sobre el impacto ambiental que tiene el tabaco, desde su cultivo y producción hasta su distribución, sin olvidar los residuos que genera; buscando dar a los consumidores de cigarros un motivo más para dejarlo.
En esta oportunidad, la Seremi de Salud del Maule, a través de su Unidad de Promoción realizó una jornada en que se presentaron charlas de sensibilización y experiencias de iniciativas contra el consumo de tabaco en el Maule, oportunidad en que estuvieron presentes la seremi de Salud Gloria Icaza, el delegado presidencial Humberto Aqueveque y la Gobernadora Regional Cristina Bravo.
Al respecto, la seremi Icaza, explicó que “este es un día muy importante para todos y todas las ciudadanas porque el tabaco es un problema de hace muchas décadas que hemos sabido de los daños, pero nos ha costado mucho cambiar esto. Por eso hacemos un llamado a las personas a que se preocupen; a que hagan desde sus hogares, desde los colegios, un llamado a no fumar a no consumir tabaco. También a los jóvenes les pedimos que se cuiden porque tenemos muy alta prevalencia en este grupo. El cigarrillo provoca daño en todos los órganos, las cifras son alarmantes porque aproximadamente 52 personas mueren al día en el país por el consumo de tabaco, por eso en esta jornada hemos conocido diversas iniciativas como plazas libres de humo que existen en la región”.
Por su parte, el delegado Humberto Aqueveque dijo que “este es un problema que nos ha aquejado por décadas y en el país desde el 2013 hemos tenido una política reactiva a este proceso, como la ley que prohibía fumar en espacios públicos. El tabaquismo es lo más cercano a una pandemia y que ha sido permanente durante mucho tiempo en nuestro país y en el mundo, personalmente soy asmático y eso se debe en parte al consumo de cigarros que por mucho tiempo se hizo en mi familia y sin yo haber fumado nunca, este problema no es menor, es por eso que los cambios no deben ser sólo cambios normativos, sino que las trasformaciones reales también tienen que nacer desde la sociedad”.
La gobernadora regional, Cristina Bravo, se refirió a la importancia de este tipo de actividades “valoramos la actividad organizada por la Seremi de Salud en el Día Mundial sin Tabaco. Hoy estamos junto a distintas organizaciones de la sociedad civil y es muy importante relevar que el tabaco también es una adicción. Yo sé que nosotros le damos más énfasis al consumo de alcohol y drogas, pero hoy día muchos de nosotros tenemos familiares que están muertos producto de la adicción al tabaco, y lo que queremos hacer es apoyar a la seremi para difundir esta política pública que permite más acciones preventivas que parten desde los establece establecimientos educacionales hasta los dirigentes sociales, quienes constantemente nos ayudan a difundir las políticas públicas que permiten mejorar la calidad de vida de los habitantes”.
Durante la actividad, se realizó la charla “Riesgos del consumo de tabaco y su prevención” y “Experiencias Locales de trabajo Ambientes Libres de Humo de Tabaco (ALHT) y Hogares Libres de Tabaco (HLHT) en algunas Comunas”, las que fueron presenciadas por dirigentes sociales, estudiantiles, profesores e integrantes del Consejo Asesor Regional de la Seremi de Salud.
Cabe destacar que este año la campaña de la OMS apunta también a identificar y denunciar el empeño que pone la industria tabacalera en dar un barniz «verde» a su reputación y sus productos, presentándolos como algo inocuo para el medio ambiente. Esta industria, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero equivalen a 84 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono, contribuye al cambio climático y reduce la resiliencia ante este cambio, además de desperdiciar recursos y dañar los ecosistemas.
En el mundo, cada año se destruyen unos 3,5 millones de hectáreas de tierras para cultivar tabaco en ellas. Este cultivo favorece la deforestación, especialmente en el mundo en desarrollo. La eliminación de espacios forestales para implantar plantaciones de tabaco deteriora los suelos y merma el rendimiento, esto es, la capacidad de las tierras para sostener el crecimiento de cualquier otro cultivo o planta.