Colegio de ingenieros agrónomos llama a sacar lecciones de los temporales de junio

Colegio de ingenieros agrónomos llama a sacar lecciones de los temporales de junio

CINCO EXPERIENCIAS VALIOSAS TRAS INUNDACIONES 

El clima está cambiando, qué duda cabe, tras el reciente evento climático que afectó   a la zona central del país y en especial a nuestra región del Maule. En efecto, se pudo apreciar una isoterma bastante más elevada que lo normal por lo que las precipitaciones fueron como lluvia y no nieve en una gran superficie de recepción, produciendo una gran escorrentía que causó inundaciones en lugares bajos, ribereños a los ríos. 

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Talca estima que a pesar de los daños causados, este fenómeno nos deja valiosas experiencias que debemos aprovechar a objeto de realizar acciones preventivas que permitan mitigar posibles nuevas emergencias por efecto de aumentos de caudales en las distintas cuencas de la región del Maule.

Son a lo menos cinco elementos que deberíamos considerar con mucha atención a raíz de esta crisis:

  • La información climática es actualmente más confiable y accesible por lo cual las predicciones se pueden realizar con mayor anticipación, permitiendo realizar acciones preventivas e informar a la población para que tome las precauciones necesarias. El Estado debe realizar mayor difusión y la ciudadanía debe concurrir con sus responsabilidades personales y corporativas.
  • Los embalses, al contrario de lo cree un gran número de personas, permiten contener caudales originados por golpes de agua aunque sí exigen un buen diseño de compuertas y una evacuación programada y regulada del agua de forma de disminuir el riesgo de inundaciones. Estas obras mejoran la seguridad de riego, práctica vital en la obtención de alimentos en tiempos de escasez de este esencial elemento.
  • La organización territorial es vital; debe haber una acción coordinada entre los municipios, los ministerios, sus servicios y los emprendimientos privados con la finalidad de permitir sólo emprendimientos en áreas que sí lo permitan desde un punto de vista de riesgos de inundaciones, de incendios, de alteraciones medio ambientales y comunitarias.  Los sujetos de subsidios deben cumplir con las reglamentación vigente como permisos de construcción, permisos ambientales y permisos y/o comunicaciones sectoriales.
  • La protección de suelos vulnerables debe fomentarse con manejos conservacionistas como mejoramiento de la cobertura de la pradera natural, siembra de praderas artificiales e introducción de sistemas de producción silvopastorales, y otras prácticas que reduzcan la velocidad de escorrentía. 
  • La fiscalización debe ser más constante. Los servicios públicos pertinentes deben programar inspecciones antes del invierno de cada año a los cauces naturales para fiscalizar que no tengan elementos como basuras y escombros entre otros obstáculos que obstruyan el normal flujo de las aguas.

Estos eventos climáticos serán cada vez más frecuentes por lo que la toma de decisiones en la prevención de daños es de primera importancia y también lo son las responsabilidades personales para acatar las recomendaciones y efectuar las acciones preventivas que se indiquen.

Debemos ser proactivos en tratar de aprovechar esos grandes volúmenes de agua, embalsando parte de ellos junto con un buen manejo de la evacuación de agua. Así, se ayuda a manejar los caudales en los ríos y tener reservas para el riego y consumo humano en periodos de escasez hídrica. 

Es por esto que estamos totalmente de acuerdo con la Ministra de Obras Públicas, Sra. Jessica López, quien en una entrevista a diario La Discusión de Chillán se refirió a “la importancia de contar con embalses, por sus múltiples beneficios como el almacenamiento de agua para el riego y el consumo humano, así como también para la regulación de las crecidas de ríos, en un contexto de cambio climático en que el aumento de las temperaturas, la menor disponibilidad de agua y la ocurrencia de eventos extremos, constituyen una realidad cada vez más cercana”.

Como este evento se puede repetir, es fundamental trabajar en la mitigación de efectos no deseados y en la prevención. Nuestro llamado es a sacar lecciones y aportar una mirada constructiva desde las cinco experiencias descritas.

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