Reducción de costos: el gran desafío de los CIOs
Por Ricardo Salinas, Director Adjunto de Proactivanet para el Cono Sur
El escenario actual de la economía global presenta varios desafíos que las empresas deben enfrentar para lograr mantener el éxito de sus negocios, o al menos no arriesgar que estos se vean afectados. Factores externos como el incremento en la inflación, las crecientes amenazas a la seguridad, la aparición de la Inteligencia Artificial Generativa y los ajustados presupuestos de inversión en tecnología, deben ser enfrentados de la mejor forma posible, para que no impacten de forma crítica al negocio.
Los cuatro grandes retos a los que se enfrentan las áreas de TI hoy en día son:
– Reducir costes, y sacarle el máximo partido a cada inversión.
– Mejorar la seguridad de la infraestructura y la información.
– Mejorar la eficiencia a través de la productividad de los equipos.
– Sumar estrategias de sostenibilidad, que permitan atraer inversión, cumplir normativas y ser más competitivas.
Sin embargo, afrontar estas tareas no es responsabilidad solamente del departamento de TI, sino que también involucra a los responsables de procesos de negocio, administración, finanzas y gerencia. Todos deben ser conscientes que la solución a estos 4 grandes retos de TI es, en el fondo, algo crítico para garantizar la continuidad del negocio.
Más que hablar de ahorro, el concepto es optimización de costos. Lo que se busca no es en sí mismo el ahorro directo e inmediato -que puede ser importante a corto plazo pero traer consecuencias negativas con el paso del tiempo- si no ser capaz de sacar el máximo partido a las inversiones y mejorar la productividad de la organización. La clave es hacer más con los mismos recursos, para evitar incurrir en mayores gastos a futuro.
Justamente, es por eso que los recortes de gastos para lograr ahorros importantes no pueden hacerse de la noche a la mañana. Deben ser planificados y estar basados en información certera y relevante, algo que se puede obtener con herramientas especializadas, que ayude a las organizaciones a tener un panorama completo sobre los activos de hardware, el software, los puntos críticos en ciberseguridad y seguimientos de estándares ágiles que permitan que la infraestructura TI funcione de manera óptima.
De hecho, para reducir costes no siempre hay que aplicar la ley de la tijera, en muchas ocasiones es necesario invertir primero para ahorrar después, generando mayores tasas de ahorro a un menor riesgo para el negocio. Asimismo, una vez tomadas las decisiones de dónde recortar gastos, es fundamental medir bien el riesgo, y el retorno e impacto en el negocio. Para ello es necesario construir una matriz analizando estos y algunos otros aspectos, para terminar de afinar el plan de acción.
Un plan de acción bien ejecutado, que busca reducir costos, debe incluir medidas que se apliquen a las siguientes áreas de la empresa:
– Software y aplicaciones, detectando licencias y suscripciones infrautilizadas; analizando el estado de licenciamiento del software; y eliminando licencias que no se usan.
– Hardware e infraestructura, ajustando el dimensionamiento de los servidores virtuales a las necesidades reales de la organización; apagando infraestructura que no se utilice según franjas horarias; alargando el ciclo de vida de los activos y eliminando, ya sea vendiendo o reciclando, equipos en desuso. Lo que también ayuda a reducir la huella de carbono de toda la organización.
– Proveedores y contratos, detectando duplicidad de proveedores y servicios; analizando y comparando servicios pactados con cada proveedor y, además, renegociando con tiempo los mismos; y considerando servicios de soporte alternativos ofrecidos por otros proveedores en lugar de los propios grandes fabricantes.
– Comunicaciones, auditando los dispositivos móviles que están siendo usados y fomentando el despliegue y utilización de herramientas colaborativas.
– Centro de servicios, aprovechando las tecnologías de control remoto y monitorización para disminuir el coste de soporte en sitio.
Por último, y no menor, está el tema de la calidad de vida de las organizaciones y cómo ellas aportan al planeta y al ecosistema en general. Cada vez más se valora el camino de la sostenibilidad y lo que se llama Green TI se convertirá, sin duda, en el próximo gran objetivo a lograr. Ello es posible contando con la información que permita acciones como evitar traslados innecesarios de técnicos, reducir el uso de papel, entre otras, lo que redunda en eficiencia energética, de consumo y presupuestaria.