Artesanas patrimoniales compartieron sus saberes con docentes del SLEP Maule Costa, fortaleciendo la identidad cultural y abriendo nuevas oportunidades de emprendimiento turístico y educativo en Cauquenes.
En torno a la tierra, al fuego y a la memoria, las Loceras de Pilén continúan dando vida a una tradición que se transmite de generación en generación y que hoy también se proyecta como una oportunidad de emprendimiento cultural y turístico. Por tercer año consecutivo, artesanas del sector de Pilén capacitaron a docentes del SLEP Maule Costa en el marco del taller “Portadores de Tradición”, iniciativa impulsada por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
La experiencia comenzó en la Escuela Independencia de Cauquenes y culminó en un espacio cargado de simbolismo: la casa taller de la locera Benedicta Lara, donde los profesores vivieron el proceso completo de la cerámica tradicional. Allí no solo moldearon y cocieron sus propias piezas, sino que también conocieron el entorno donde nace el oficio: el lugar exacto donde se extrae la greda, se prepara la tierra y se transforma en identidad local y en un producto con valor cultural y económico.
Uno de los aspectos más significativos del taller es la participación directa de las cultoras, reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial. Son ellas quienes diseñan y guían el proceso de enseñanza, compartiendo técnicas, saberes y relatos que conectan el oficio con la historia de su comunidad, fortaleciendo así una formación viva y auténtica.
Desde el ámbito institucional, Francisca Ortiz Sepúlveda, encargada regional de la Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial en el Maule, explicó que este trabajo se enmarca en el Plan de Salvaguardia de las Loceras de Pilén. “Ellas priorizaron la difusión y valoración de su práctica, especialmente a través del trabajo con docentes, porque llegar a las escuelas es una forma concreta de asegurar la continuidad de este oficio, tan ligado a la identidad de Cauquenes”, señaló.
Benedicta Lara, Tesoro Humano Vivo y locera desde los 12 años, relata con sencillez el valor de enseñar. “Estoy contenta de recibir a los alumnos y mostrarles todo el proceso: traer la greda, machacarla, cernirla, mojarla y amasarla, como hacer pan. Desde ahí comienza el trabajo”, comenta, destacando la importancia de aprender desde la experiencia y el respeto por la tierra.
Para los docentes participantes, la capacitación no solo aporta herramientas pedagógicas, sino también una nueva mirada sobre el territorio y su potencial. El profesor Claudio Garrido, del Liceo Claudina Urrutia de Cauquenes, valoró la experiencia señalando que “la riqueza no está solo en lo material, sino en las personas y en las tradiciones que mantienen vivo nuestro entorno”. Agregó que este aprendizaje permitirá replicar el oficio en las aulas y fomentar el respeto por el patrimonio local.
Así, la cerámica de Pilén se consolida no solo como una expresión cultural, sino también como un motor de emprendimiento cultural y turístico, donde el saber ancestral se convierte en una oportunidad para educar, emprender y fortalecer la identidad del Maule desde sus propias raíces.





