Huerta de Maule, San Javier. – Entre cantos, oraciones y monturas adornadas, miles de fieles llegaron hasta la histórica localidad de Huerta de Maule para rendir homenaje a San Francisco de Asís, patrono de los campesinos y los animales. La celebración, que cada año reúne a familias de distintas comunas y regiones del país, se ha consolidado como una de las expresiones más significativas de la religiosidad popular del Maule.
Desde las primeras horas de la mañana, el pequeño poblado comenzó a llenarse de peregrinos. Algunos llegaban a pie, otros a caballo o en carretas, pero todos con un propósito común: agradecer, pedir o simplemente acompañar al santo que, según dicen, “escucha y nunca abandona”.
“Es una tradición que nos pertenece”
El alcalde de San Javier, Jorge Silva Sepúlveda, destacó la importancia cultural y espiritual que tiene esta fiesta para la comuna y la región.
“Esto es parte de nuestras tradiciones arraigadas en ese Chile profundo. Imagínese, a pesar de la lluvia, miles de familias viajaron desde distintas comunas para participar de la misa y la procesión en honor al santo patrono”, comentó.
El jefe comunal agregó que esta festividad no solo convoca a creyentes, sino que también refuerza la identidad local y el sentido de comunidad.
“Huerta de Maule se transforma por completo. Aquí se mezclan la fe, la historia y el orgullo campesino. Es una expresión viva de lo que somos”, afirmó.
Voces de los devotos
Entre los asistentes, Ramón Torres Contreras lleva más de 30 años participando en la procesión, y su historia refleja el vínculo personal que muchos mantienen con San Francisco.
“Este es un compromiso que tengo con él, porque es mi amigo. A los 17 años tuve un problema de salud en una pierna y me encomendé a San Francisco. Me ayudó, me recuperé, y desde entonces vengo todos los años”, relató mientras sostenía en andas la imagen del santo.
La misa central, presidida por el obispo de Linares, Monseñor Tomislav Koljatic, reunió a peregrinos, jinetes, adultos mayores y niños.
“San Francisco tiene sus fieles propios, con una devoción muy arraigada. A pesar de la lluvia, llegaron muchos fieles para saludarlo. Esta tradición tiene más de cien años y sigue viva gracias a la fe del pueblo”, destacó el obispo.
Un diálogo entre fe y cultura
El momento más esperado fue la procesión campesina, donde decenas de jinetes desfilaron frente al santo al paso, trote y galope. Entre rezos y vítores, las familias revivieron una tradición que combina religiosidad, cultura popular y memoria colectiva.
Este encuentro no solo reafirma la fe, sino también la identidad campesina de una comunidad que, año tras año, regresa a su origen. En Huerta de Maule, la devoción a San Francisco de Asís continúa siendo un punto de encuentro entre lo humano y lo divino, entre el pasado y el presente.