Hace una semana, la Región del Maule se enteró, debido a una denuncia de la senadora Ximena Rincón, que el Ministerio de Economía y la Subsecretaría de Turismo, dejaron a Chanco y Pelluhue, fuera de las Zonas de Interés Turístico (ZOIT).
Esta denominación, no tan sólo permite tramitar proyectos con mayor agilidad para las comunas ZOIT, sino también resguardar los territorios ante posibles amenazas de instalaciones de empresas que puedan dañar el medio ambiente de las zonas turísticas, como ocurrió en el propio Chanco, con la termoeléctrica a carbón Los Robles, que estuvo al borde de asentarse en las dunas de la comuna.
Desde hace rato, escuchamos a las autoridades locales, enerbolar la consigna: «El Maule, un polo de desarrollo turístico», que sin Chanco y Pelluhue, simplemente no se entiende y que obliga a ambas comunas, a postular nuevamente a la categoría, lo que demorará al menos 18 meses, tiempo que deja en vulnerabilidad a los territorios, para que aparezcan firmas contaminantes que busquen instalarse en las costas, en las postrimerías del Gobierno de Sebastián Piñera.
Sin duda, una de las tareas primera que deberá abordar la nueva Gobernadora del Maule, Cristina Bravo, para devolver esta categoría de ZOIT a Chanco y Pelluhue, proteger con ello las costas de las comunas de transnacionales que puedan depredar la zona, y aliviar en algo, al sector gastronómico y hotelero del turismo, que han sufrido el impacto económico de las cuarentenas por la pandemia.