La conmemoración del aniversario del histórico ramal puso en valor su legado humano, cultural y turístico, destacando la gastronomía tradicional como parte esencial de un patrimonio que pertenece a la Región del Maule y al país.
El ramal Talca–Constitución cumplió 110 años recorriendo el corazón del Maule, no solo como un medio de transporte, sino como un verdadero hilo conductor de historias, oficios, tradiciones y memorias compartidas. Su aniversario fue celebrado con una jornada marcada por la cultura y la identidad local, donde la gastronomía tradicional del viaje en tren se transformó en protagonista.
La actividad, organizada por la Fundación Callana, reunió a extrabajadores ferroviarios, vecinos del ramal, cocineras y cocineros, pequeños productores, viñateros y representantes del mundo cultural y turístico. En torno a una mesa cargada de preparaciones como pantrucado de róbalo, porotos con mote, pollo fiambre, tortillas al rescoldo, huevos duros y mostos del secano, se revivieron sabores que durante décadas acompañaron a pasajeros y ferroviarios en el histórico trayecto.
“Este viaje guarda una memoria que no solo es ferroviaria, sino también humana y culinaria. Es un acervo que debemos rescatar y poner en valor como parte de la historia del Maule”, señaló Waldo Arancibia, presidente de Fundación Callana, al destacar el sentido profundo de esta conmemoración.
El ramal, inaugurado en 1915 tras más de dos décadas de trabajo, es hoy reconocido como un patrimonio vivo. Así lo expresó Alejandro Morales, director del Museo O’Higginiano de Talca: “Este tren representa a comunidades enteras que vivieron y trabajaron para hacerlo posible. La forma de habitar el territorio, de alimentarse y de relacionarse en torno al ramal es parte de un patrimonio que estamos llamados a recuperar y transmitir a las nuevas generaciones”.
Desde la mirada gastronómica y turística, el cocinero maulino Rubén Tapia, secretario de Fundación Callana, subrayó que la cocina tradicional asociada al ramal es una herramienta clave para el desarrollo local. “Nuestro patrimonio alimentario permite preservar la memoria, fortalecer a las comunidades y proyectar un turismo de intereses especiales. Las huertas, la pesca de río, la cocina al fuego y a leña, el mate y la tortilla al rescoldo generan un reencantamiento que conecta a quienes visitan con la historia viva del territorio”, explicó.
Las autoridades presentes coincidieron en el valor cultural del ramal. El seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Franco Hormazábal, destacó que “este tren ha recorrido más de un siglo no solo caminos, sino generaciones completas, y en esa trayectoria el patrimonio alimentario cumple un rol fundamental”. En tanto, la directora regional de Sernatur, Alejandra Casanova, relevó el rol de las comunidades locales: “Son los propios vecinos quienes mantienen vivas las tradiciones y hacen posible que este patrimonio se transforme también en una experiencia turística con identidad”.
Para quienes trabajaron en el tren, la celebración fue también un reencuentro con su historia personal. Víctor Pérez, presidente de la Corporación del Ramal, valoró la instancia como un ejercicio de memoria colectiva: “Esto nos hizo volver a los años de trabajo, a los recuerdos sencillos, a esos sabores que acompañaban nuestras jornadas. Es defender una historia que sigue viva”.
A 110 años de su primer viaje, el ramal Talca–Constitución continúa siendo mucho más que un medio de transporte: es un símbolo de identidad, un atractivo turístico único y un patrimonio cultural del Maule y de Chile, que sigue avanzando lentamente, pero con la fuerza de su gente y su historia.





